Hoy, repasando los álbumes de fotos he visto los primeros pasitos de Niño Maravilloso, pero esta vez quiero contaros no su experiencia sino la mía.

Cuando empecé a ver que mi Niño Maravilloso empezaba a hacer intentos de levantarse del suelo sentí entre pena y orgullo: pena porque, la verdad como me dice una amiga mía con los niños los días pasan lentos y los años volando, mi bebé dejaba de ser un bebé para empezar a ser una personita independiente y ese mismo sentimiento me llenaba de amor y orgullo: era increíble ver en la maravillosa persona en la que se estaba convirtiendo.

Para mi representó el fin de una etapa preciosa y el inicio de una aventura maravillosa, a día de hoy sigo fascinada por todo lo que puedo aprender de mi pequeño y como bimadre esto me ha enseñado a vivir intensamente todos los momentos con mi Niña Preciosa. Así que como consejo te diría esto: disfruta cada segundo con ellos.

Algunas diréis que me pongo un poco dramática con el tema, y seguramente tenéis razón, pero… ¿quién no se pone un poco exagerada cuando hablamos de un hijo? Y me pareció muy curioso no ser la única que tiene esos sentimientos cuando ve a su pequeño dar los primeros pasos. ¿Quieres saber lo que le pasó a Sheila de blog Palabra de Madre?

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